Nos encontramos en el siglo XVI, la escritura de cartas es el medio de comunicación por excelencia. La información que se transmite en ellas era de gran importancia.
A través de las cartas se transmitía situaciones de guerra, mapas, cartas de amor para cortejar a una dulce doncella, poemas… Por ejemplo, Miguel de Cervantes lo hizo realidad en su libro ‘El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha’ con una carta de amor de Don Quijote a su adorada Dulcinea…
¡Querida y venerada Dulcinea del Toboso!:
Deseo fervientemente que cuando este mensaje halles en tus benditas manos, te encuentres tan saludable y bella como cuando allí té dejé.
Yo, por estos andurriales de nuestra tierra manchega, acompañado de mi inseparable Sancho, el asno que soporta su redonda pesadez y mi majestuoso rocinante, me encuentro algo desvaído, pero con el genio suficiente y el impulso del corazón necesario, para hacer frente a todo el que hiera con sus maldades el patrimonio rústico de nuestras tierras.
Basta imaginarte junto a mí, apreciada señora mía, para que la torcía’ de mi talle, alumbre con gallardos modos las brechas polvorientas de estos caminos.
Cartas de todo tipo que, una vez finalizadas, debían cerrarse para no descubrir la información de gran importancia que albergaba en su interior. Ese cierre de seguridad se hacía a través de los sellos de lacre.
Sellos de lacre a lo largo de la historia
El lacre es una pasta compuesta por varios materiales y que se funde muy fácilmente. Posee una temperatura muy baja de fusión y se utiliza para el cierre de cartas, paquetes, etc.
Para el sellado de cartas en los siglos XVI y XVII se utilizaba el lacre. Por otro lado, se usaba para tomar la impresión de los sellos en documentos de suma importancia, e incluso para crear un sello hermético de los contenedores. Actualmente, se utiliza como motivo decorativo en sobres impresos para diferentes eventos.
¿Cuál es el origen del cierre con sello de lacre?
Antiguas leyendas dicen que Nerón utilizaba el lacre para guardar en pequeños frascos sus propias lágrimas. Incluso antes de la utilización de sobres, en la Edad Media, se utilizaba para cerrar las cartas dobladas entre sí, con un sello personal.
El sello de lacre personalizado se utilizaba como una firma, ya que se reconocía el símbolo, se sabía cuál era su origen y sobre todo su autenticidad.
¿Por qué se utilizaba el sello de lacre?
Como se ha dicho antes, era un símbolo del origen que certificaba su autenticidad. Es decir, era como una firma, un escudo o si lo trasladamos al mundo empresarial, como un logotipo. Además, se utilizaba como protección de la información, así se conseguía su privacidad.
Los reyes utilizaban esta forma de cierre en los documentos utilizados para proclamaciones, en la creación de leyes o documentos reales.
De esta forma, el sello de lacre suponía una medida de seguridad para asegurarse que nadie había leído el contenido del sobre en el transcurso del trayecto entre remitente y destinatario.
Sellos de lacre para sobres impresos en la actualidad
Los sobres lacrados se siguen utilizando actualmente en algunos documentos oficiales, ya sea por privacidad o por decoración del sobre impreso.
Además, muchas familias de la nobleza en Europa o diferentes familias en EE. UU., lo siguen utilizando para dar presencia y prestigio a documentos. El sello de lacre que se utiliza, generalmente se trata del escudo heráldico de la familia.
Pero el uso más importante de los sellos de lacre para sobres impresos en la actualidad es para decoración, sobre todo, en sobres impresos para eventos sociales y familiares, es decir, en bodas, bautizos y comuniones. También se ha podido ver en eventos empresariales y campañas de publicidad y marketing para diferentes marcas.
Para estos eventos familiares y sociales, lo que más se utiliza son sobres impresos con una bonita tipografía y un diseño exclusivo y personalizado, junto a un papel te tipo Kraft, verjurado e incluso reciclado; y para finalizar, el sello de lacre personal.
Se trata de crear un diseño tradicional para sorprender a tus invitados, que quedarán gratamente sorprendidos e impresionados por el resultado final.
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